Luciano Gómez Léautaud

 Increíble.  Había escuchado acerca de las fotos que se encontraron que tomó una niñera y que ahora estaban siendo expuestas en grandes lugares de el arte alrededor de el mundo. Leí algún artículo y vi algunas fotos, me parecieron padres pero no registre el nombre de la fotógrafa ni tuve mucho interés por conocer más sobre la historia. Ahora que vi el documental, no sabía de qué iba. Incluso mi mamá me preguntó de qué se trataba el documental que tenía que ver, yo respondí: "no sé, pero seguro algo de foto." No tenía idea de lo que iba a ver y sin duda fue una experiencia inolvidable, de ahora en adelante nunca se me olvidará la historia de Vivian Maier.  Contrario a lo que me pasó con "La Sal de la Tierra", éste documental era completamente nuevo para mi. Siempre la primera vez es más especial que las siguientes. En los primeros 5 minutos, me di cuenta que el documental precisamente trataba de la historia de aquella niñera que tomaba fotos, fotos que nunca salieron...

 No sé si ahora yo tengo un sesgo en contra de Sontag, pero cada capítulo que leo me hace estar más en desacuerdo con ella. Sontag comienza éste capítulo hablando de la belleza y de cómo la fotografía nace de alguna manera para documentar ésta belleza. "Nadie exclama: ¡Qué feo es eso! Tengo que fotografiarlo. Aún si alguien lo dijera, todo su sentido sería: Esa cosa fea me parece...bella!" No lo sé, siento que Sontag vuelve a caer en no presentar el panorama completo de la fotografía. Yo sí creo que alguien puede fotografiar cosas feas, un artista puede buscar retratar puras cosas horrorosas y terribles. No necesariamente porque el artiste piense que son bellas. Sino justo tomar la fotografía para presentar la fealdad o provocar algo en el público.   Después en la segunda parte de el capítulo Sontag intenta convencer al lector que la fotografía y las fotos son mejores que las pinturas y que los pintores no tienen la misma habilidad o posibilidad que tienen los fotógrafos ...

 Objetos Melancólicos Desde mi punto de vista, Sontag tiene un sesgo gigantesco a lo largo de estos tres capítulos. En éste ya me parece un tanto molesto como presenta a la fotografía como el arte más maravilloso y genial que existe. Sé que viene desde un punto de vista nuevo para el momento, el texto tiene como objetivo defender y presentar la fotografía como un arte de igual importancia que cualquier otro. Pero al querer hacer esto, Sontag cae en un sin fin de comentarios e ideas equivocadas. En el querer defender a la fotografía, termina por demeritar y hacer a un lado las otras artes. No es que algún tipo de arte sea más importante que otra, pero precisamente creo que Sontag hace que se sienta así, por lo que hace que la lectura no sea tan agradable.  En éste capítulo, Sontag habla de la fotografía partiendo de el surrealismo. Hace una comparación de el acercamiento al surrealismo desde la pintura y la fotografía. Menciona que en la fotografía una manipulación o dramatizac...