Capítulo 3 - Sobre la Fotografía

 Objetos Melancólicos

Desde mi punto de vista, Sontag tiene un sesgo gigantesco a lo largo de estos tres capítulos. En éste ya me parece un tanto molesto como presenta a la fotografía como el arte más maravilloso y genial que existe. Sé que viene desde un punto de vista nuevo para el momento, el texto tiene como objetivo defender y presentar la fotografía como un arte de igual importancia que cualquier otro. Pero al querer hacer esto, Sontag cae en un sin fin de comentarios e ideas equivocadas. En el querer defender a la fotografía, termina por demeritar y hacer a un lado las otras artes. No es que algún tipo de arte sea más importante que otra, pero precisamente creo que Sontag hace que se sienta así, por lo que hace que la lectura no sea tan agradable. 

En éste capítulo, Sontag habla de la fotografía partiendo de el surrealismo. Hace una comparación de el acercamiento al surrealismo desde la pintura y la fotografía. Menciona que en la fotografía una manipulación o dramatización surrealista es innecesaria, mas bien el surrealismo lo encontramos en el mismo hecho de manipular la cámara, en duplicar el mundo, tomar una copia de la realidad a través de la fotografía. Eso me parece bien. Pero luego es cuando Sontag termina por molestarme. 

Sontag afirma: "Al contrario de los objetos de las bellas artes en épocas predemocráticas, las fotografías no parecen depender en exceso de las intenciones del artistas. Más bien deben su existencia a una cooperación libre (cuasi mágica, cuasi accidental) entré fotógrafo y tema, mediada por una máquina cada vez más simple y automatizada, incansable y que aun caprichosa puede producir un resultado interesante y nunca del todo erróneo." A esto me refiero cuando digo que Sontag se equivoca rotundamente al tratar de defender la fotografía. Las fotografías claro que dependen de un exceso de intenciones del artista. Todo lo que aparece en una foto tiene un por qué, cada detalle importa, una foto está repleta de intenciones de el artista. Sontag se enfoca en idealizar la fotografía y hablar de que es mágica y perfecta. Incluso dice que una fotografía nunca es del todo errónea. ¡Por favor!